Primeras conquistas: el Monolito y la Plaza de la Diversidad Sexual

Plaza de la Diversidad Sexual

La creación de la Plaza de la Diversidad Sexual en el Pasaje Policía Vieja, en el casco antiguo de Montevideo, fue un proyecto que transformó un espacio histórico, pero descuidado, en un lugar de memoria y reivindicación.

En el cambio de milenio, el movimiento de la Diversidad atravesó un período de avance en visibilidad y aceptación, simbolizado de manera prominente por la inauguración de la Plaza de la Diversidad Sexual y su monolito. Este monumento representa una bisagra en la historia del movimiento.

El Monolito fue inaugurado el 2 de febrero de 2005, marcando a Montevideo como la primera ciudad en América Latina y la cuarta en el mundo en contar con un espacio dedicado a la diversidad sexual. Este monumento, un prisma de granito rosado con base triangular, sigue el ejemplo global y se apropia de la simbología usada por los nazis para identificar a los homosexuales.

Este espacio reciclado no solo alberga el monolito, sino que también ha servido y sirve como escenario para eventos culturales y artísticos. La noche de la inauguración, la plaza fue el testigo de una jornada cultural y artística en la que participaron reconocidos artistas y figuras públicas, reforzando el mensaje de inclusión y respeto. Hoy en día, la plaza es utilizada por autoridades y organizaciones para eventos relacionados con la diversidad, y cuenta con una galería fotográfica.

El contexto político y social en los primeros años del nuevo milenio fue clave para la concreción de este proyecto. Durante este período, el movimiento ganó terreno en la esfera pública y política, con un hito significativo: en 2003, Uruguay aprobó una modificación del Código Penal sobre discriminación que incluyó la orientación sexual entre sus identidades protegidas. Este fue el primer avance legislativo en la materia desde la decriminalización de la sodomía en 1934.

La instalación del Monolito de la Diversidad fue impulsada por varios grupos activistas y contó con el apoyo unánime del legislativo departamental de Montevideo. La iniciativa fue presentada al intendente, quien destacó la importancia de respetar la diversidad como una riqueza para la ciudad.

En la inauguración, tomaron la palabra destacadas figuras de la política departamental y del movimiento. reafirmando el compromiso de seguir luchando y recordando los horrores del Holocausto para enfatizar cómo la memoria viva sirve para evitar repetir los errores del pasado.

El año de su inauguración, la plaza fue el lugar elegido para comenzar la primera Marcha por la Diversidad. La inscripción del monolito refleja el sentir del movimiento y de la sociedad montevideana en ese momento decisivo, el puntapié inicial para las conquistas posteriores. (Derechos conquistados) Hacemos eco aquí de las palabras allí inscritas: "Honrar la diversidad es honrar la vida. Montevideo, por el respeto a todo género de identidad y orientación sexual. Año 2005."